Aznar, que vuelve, amenaza.
Rajoy lo cita en los medios.
En la barrera, Esperanza.
La oposición que está dentro
aprieta más que Rubalcaba.
O yo me estoy volviendo lelo,
o ya no entiendo ni papa.
Resulta que no estaba muerto,
que había ido de parranda.
Manda huevos, manda huevos;
Manda huevos, vaya banda.
Vive Dios que estoy perplejo.
Aznar, que vuelve, amenaza.
¡Qué diablos habremos hecho!
Para que tanta mesnada
que está viviendo del cuento,
además de no hacer nada
hasta aquí vengan a hacerlo.
¡Voto a Bríos! ¡Qué manada!
Que han convertido en infierno
lo que parecía Jauja,
abundancia de dinero
y otras muchas zarandajas
como que éramos primeros
en comprar coches y casas,
pero que al pasar el tiempo,
al estirar de la manta,
se vio que buenos, buenos,
que en lo que somos la caña,
es en sobornos, cohechos,
influencias traficadas,
en bolsillos siempre llenos,
en colocar a cuñadas
para que vivan del cuento
sin pegar un palo al agua,
y hasta a ese novio feo
que por faltar, nunca falta.
Vive Dios que estoy perplejo.
Aznar, que vuelve, amenaza.
Se ve que no está contento
con la burbuja pinchada
que nos dejó en testamento
cuando parecía que España
estaba encima del cielo
y lo contaba Zaplana
con su carita de sieso,
la mismita de Soraya,
que se parecen en eso
y en hablar sin decir nada.
Vive Dios que estoy perplejo.
Aznar, que vuelve, amenaza.
Que quiere ser curandero
para los males de España,
pero al final del sendero,
ya no le quedan ni cajas,
para poner consejeros,
de ésos que antes cobraban
cheques con muchos ceros
por acercarse a arruinarlas.
Vive Dios que estoy perplejo.
Aznar, que vuelve, amenaza.
A ver si cunde su ejemplo,
que la envidia siempre es mala,
se remanga Zapatero,
coge un guante, se lo lanza…
y ya tenemos un duelo
a ver quién mete más patas.
No preocuparse por ellos
que cuando no quede nada
se atusarán los cabellos,
se escaparán de la plaza.
Le darán paso a un sobrero
y aplaudirán en la grada
cuando le den descabello.
Que aquí nunca pasa nada,
que aquí no se mete preso
más que a quien es un gualtrapa,
pero al culpable del muerto
siempre hay algo que lo salva.
Que ya lo dijo Pacheco,
que es la justicia una farsa,
poco más que un cachondeo
que al rico ríe las gracias
y avasalla al pordiosero.
Perdonar por estos versos
que no valen medio dracma,
mas para hablar de mamertos,
mejor decirlo con gracia…
ésa que les falta a ellos.