viernes, 13 de julio de 2012

Tanto robar para acabar pidiendo


Tanto despilfarro no podía tener otro final. Han sido décadas de robar a manos llenas; de pagar a mequetrefes a precio de licenciados; de contentar a cuñados, primos y demás petimetres que pululaban alrededor de los que manirrotos que mandaban; de poner las cajas de ahorro en manos de los más zoquetes del reino; de pagar a los sindicatos para que los más vagos de cada casa vivieran liberados a cuerpo de rey, trabajando menos que un político en paro; y de dar al dinero de todos el mismo valor que un beduino le da al sol que le alumbra cada mañana. Han sido años en los que se han engordaban administraciones a la misma velocidad que lo hacían las barrigas y carteras de sus gobernantes. Quinquenios en los que parecía que el cajón no tenía fondo y se podía meter la mano en él impunemente. Pero sí tenía, y de tanto sacar, al final la mano golpeó contra el fondo de madera. No quedaba nada que robar. Ni quedaba siquiera para pagar lo esencial. 

Y después de tantos años robando, todos estamos arruinados. Aunque nos neguemos a verlo. Y nos toca pagar a los tontos de siempre por los desmanes de los listos de carrera, que se escudan en Europa para esconder su ineptitud. Tijeretazos aquí y allá. Subidas del IVA que fomentarán el fraude, recortes en los salarios que retraerán el consumo... todo les vale con tal de que no se desmorone su castillo de naipes, ése chiringuito que han construido sin temor a las críticas del político de la otra acera porque los honrados que trabajan de verdad, que los hay y se ven desprestigiados por una inmensa mayoría, son rehenes de sus compañeros corruptos.

“Es triste tener que pedir, pero más triste es tener que robar”, grita el pedigüeño. Para el político también es triste pedir pero, en su caso, porque no le queda ya qué robar. Es muy fácil recortar al funcionario o al parado, pero se ahorraría más derribando el Senado y reduciendo un 90% los diputados. A fin de cuentas, si la culpa es de Europa y todo lo manda Sor Angela de Sajonia, bastaría con un secretario para que le haga los 'mandaos' y ahorrar el sueldo de los palmeros del Congreso, y hasta a la fenómena ésa de Castellón que gritó “que se jodan” todos los que como ella no son ‘hijos de’ y tienen que buscar un trabajo para comer.

El PSOE enfocó la nave hacia las rocas. El PP ha acelerado el barco. Viento en popa a toda vela. Si las ‘esperanzas blancas’ que quedan en una esquina del congreso son Cayo Lara, Rosa Díez y Toni Cantó, dan ganas de pedir la ciudadanía de Burkina Faso.

1 comentario:

Saturnino dijo...

Amén César. Seguirán exprimiendo a los de siempre, al ciudadano de a pie, para que sus manos no se queden vacias. Que Dios reparta suerte; la vamos a necesitar.
Un saludo.